miércoles, 18 de diciembre de 2013

Hasta pronto

Entrada #13
Tan solo tengo unos cuantos meses de haberme insertado en el mundo laboral, y debo decir que no ha sido fácil, pues es formar parte de algo totalmente distinto a lo que uno está acostumbrado. Sin embargo, he logrado encontrar el equilibrio entre el trabajo, los estudios y mi vida personal, todo de la mano de una buena organización y planificación. Esta es una de las principales competencias que aporto a mi trabajo, pues logro satisfacer cada una de mis prioridades sintiéndome satisfecho con mi desempeño en cada una de ellas. Asimismo, he luchado por ser puntual y responsable, por dar lo mejor de mí en cada tarea asignada, creyendo que con mi trabajo estoy ayudando a las demás personas, y así evitar la monotonía.
Entre mis principales competencias interpersonales destaco:
  1.          Claridad en la expresión de ideas
  2.         Liderazgo
  3.          Atento a las necesidades de los demás

Algunas veces me resulta complicado expresar mis ideas, pero cuando lo hago, tengo la capacidad de hacerlo con claridad, argumentando con ejemplos concretos, que refuercen mi punto de vista. Puedo manifestar un pensamiento en tan solo unas cuantas palabras y lograr que las demás personas comprendan lo que estoy tratando de decir. Asimismo, soy una persona que le gusta asumir la responsabilidad de los trabajos grupales, y poseo la facilidad de sopesar los intereses y necesidades de todos los involucrados con el fin de alcanzar un objetivo. Dentro de esta misma competencia rescato la atención que les brindo a las demás personas, tomando en cuenta sus preocupaciones, necesidades e intereses, pues es vital poder trabajar con las demás personas de manera efectiva, creando relaciones duraderas.

Considero que soy un profesional efectivo en la medida que logro establecer prioridades reales, que consigo optimizar todos los recursos disponibles para obtener un beneficio mayor. Si bien he alcanzado algunos de estos objetivos con poco tiempo de trabajar, estoy seguro que los meses siguientes brindarán las experiencias necesarias para seguir creciendo como persona y profesional. La clave de la efectividad es siempre buscar más, nuevas alternativas, nuevas oportunidades, ser competitivo, pero no olvidar a todas las personas que han permitido y hacen posible  la construcción de mi trayectoria profesional.  El equilibrio correcto entre las habilidades técnicas e interpersonales hace de cualquier persona un profesional envidiable, al ser capaz de trabajar en uno mismo y con los demás, simultáneamente.  

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Afilar la Sierra

De cara a la conclusión de este cuatrimestre y el final del 2013, son muchas las actividades y compromisos que requieren de nuestra completa dedicación y entrega, pues están en juego muchos trabajos finales, exposiciones, compras navideñas, reuniones con la familiares, entre otras actividades. Para los que acumulamos gran parte de los pendientes para el final, estas fechas suponen una gran inversión de esfuerzos, horas de sueño, y múltiples sacrificios para sacar adelante cada tarea. Tomarse un tiempo, hacer una pequeña pausa en el camino es fundamental para rendir a un 100%, porque aunque quisiéramos que el transcurso del tiempo nos otorgue una tregua, nuestro cuerpo, mente, corazón y alma siguen funcionando, de manera que no podemos descuidarlos. Me ha pasado en el trabajo, donde después de unos arduos días, lo único que uno quiere es despejarse y que llegue el fin de semana. Después de esta última clase, comprendo que muchas veces esto sucede por la vida monótona que llevamos; entre el trabajo y las asignaciones de la universidad no hay tiempo para muchas cosas que uno quisiera realizar, cumpliendo con las responsabilidades, pero descuidando nuestro bienestar. Es necesario encontrar un momento en nuestra agenda para hacer todas aquellas cosas que nos gusten y nos hagan crecer como personas, ya sea el deporte, la lectura, la oración, entre otros. Nutrir nuestro ser es tan importante como cualquiera de las otras actividades que tenemos programadas, pues “calentamos y estiramos” para un periodo de alto rendimiento.




A lo largo de los años he descubierto que el correr es una actividad que libera la tensión, el estrés, y permite refrescar el cuerpo y la mente después de un día de intensas actividades. He comprado la ropa deportiva, el calzado y hasta he realizado la programación de estos segmentos deportivos durante la semana, pero constantemente aparece una situación que me impide salir a correr, tanto así que se ha convertido en un deseo de ya varios meses. Ahora entiendo que hacer deporte no solo repercute en mi salud, pero influye directamente en mi desempeño en la universidad, o en el trabajo, pues tengo la oportunidad de cambiar de ambiente y descansar después un día muy demandante. Similarmente, armar rompecabezas en una actividad que no practico aún, pero me gustaría realizar con frecuencia, pues le permite a uno concentrarse en una tarea totalmente distinta, y ejercita el análisis y el pensamiento crítico. No me veo como una persona que arme rompecabezas todos los días, pero de encontrar el momento para sentarme y disfrutar de este hobbie, periódicamente, puedo incrementar mi bienestar, y por supuesto ser más efectivo.  Creo que uno es capaz de hacer todo lo que se proponga, pero es necesaria una buena planificación para hacer todo a su debido tiempo, y obtener los máximos resultados.
Sean Covey (2012) manifiesta que los cuatro principales ingredientes de un cuerpo sano son dormir bien, el descanso físico, buena nutrición y ejercicio adecuado. Convenientemente para la mayoría de las personas es natural el dormir, así como realizar numerosas actividades recreativas para descansar, pero en el caso de la nutrición es una historia muy distinta. Es importante encontrar un equilibrio en todas nuestras actividades, pues una mala alimentación puede afectar nuestras horas de sueño, así como impedirnos distintas actividades de ocio por una factura que nuestro mismo cuerpo nos está cobrando. Tal como se mencionaba en los primeros hábitos, es nuestra decisión cuidar nuestro propio cuerpo, pero también debemos poner primero lo primero, y comprender que si nuestro cuerpo, mente, alma o espíritu no funcionan, no podremos realizar aquellas actividades que llamamos “prioridades”.

Mi hermana me comentó que este hábito de Afilar la Sierra también aplica al ámbito profesional, pues uno puede actualizarse constantemente, con noticias e investigaciones de la actualidad, y así trabajar en nuestro crecimiento intelectual. Ella me comentaba que hay que luchar contra la pereza, contra esa sensación de comodidad que no nos permite salir de nuestra zona de confort a buscar nuevas oportunidades, nuevas capacitaciones, para poder satisfacer cada uno de nuestro roles efectivamente. 


Referencias:
Covey, S. (2006) Los 7 Hábito de los Adolescentes Altamente Efectivos. México: Debolsillo  

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Celebrar diferencias=sinergizar

La sexualidad es un proceso que se construye a lo largo de la vida. Es un proyecto personal, pero al mismo tiempo involucra la interacción con las demás personas para alcanzar un nivel óptimo de la misma. Este aprendizaje lo relaciono directamente con el hábito de sinergizar, pues es imposible celebrar las diferencias y optimizar las relaciones cuando existe la discriminación y el desprecio, tal como vimos esta semana, en materia sexual. Creo firmemente en el respeto de todas las personas, pues solo así es posible el crecimiento mutuo, el beneficio de todos.
La sexualidad es un aspecto que compete a todo ser humano, es un tema que se vive día a día, en todas las sociedades, generando gran cantidad de opiniones, reacciones y sentimientos encontrados. “La sexualidad abraza todos los aspectos de la persona humana, en la unidad de su cuerpo y su alma. Concierne particularmente a la afectividad, a la capacidad de amar y de procrear y, de manera más general, a la aptitud para establecer vínculos de comunión con otro”. El texto anterior, tomado del Catecismo de la Iglesia Católica, hace referencia a esa definición de sexualidad que trasciende lo físico, que se vive a un nivel emocional, y que consiste en la creación de relaciones positivas y duraderas que permitan el beneficio de ambas partes. Las diferencias no necesariamente deben ser compartidas o aceptadas, mas sí toleradas, respetadas para alcanzar un verdadero desarrollo.
Regresando a un plano más general de las relaciones humanas y cómo se pueden optimizar estas interacciones, es importante buscar soluciones que me beneficien tanto a mí como a las demás personas involucradas. Esta es una competencia urgente que debe desarrollarse en mi lugar de trabajo y en todos, ya que somos cientos los que, en teoría, trabajamos por un objetivo común: ayudar al cliente; sin embargo siempre existen esas personas que no están anuentes a los beneficios del trabajo colectivo y buscan utilizar su jerarquía para el éxito de unos pocos. Es necesario eliminar el pensamiento de beneficio propio, y empezar a considerar a las demás personas dentro de un crecimiento, donde todos pueden verse favorecidos. La necesidad anterior se ve plasmada cuando, por ejemplo, se ha determinado que la solución para un cliente es rebajar cierto monto de su factura, incluyendo a supervisores que no quieren participar del éxito mutuo, ya que el trabajo que tendrían que realizar excede al beneficio que obtendrían. Otro obstáculo que evita alcanzar la sinergia es el no recorrer la milla extra, al quedarse estático ante las situaciones de los demás y no buscar el trabajo en equipo, al no buscar caminos que lleven a todos a la efectividad, tal vez por diferencia de pensamiento, de valores, o en el peor de los casos por no querer dar un esfuerzo más.

Creo que mucho de lo que uno hace se ve reflejado en el trato que uno mismo recibe. Hay una ley básica de la vida, me comenta mi papá, dónde todo se devuelve, y más allá de preocuparse por lo que a uno le puede pasar, hay que buscar todas aquellas cosas buenas que yo pueda hacer por el simple hecho de agradar al otro, de ayudar al otro. Mi papá me dice que no existe mejor estrategia para alcanzar la sinergia que practicarla uno mismo, porque al final los beneficios que reciban las demás personas lo obtengo también yo, siempre que las cosas se hagan con las intenciones correctas. 

Referencias:
Iglesia Católica. (1992). "Hombre y Mujer Los Creó". En Catecismo de la Iglesia Católica (§2332). Librería Juan Pablo II.