miércoles, 23 de octubre de 2013

Fin en mente




En mi curso de mercadeo, nos enseñaban que la misión y la visión de una empresa son pilares fundamentales para el crecimiento y desarrollo de la misma. En muchas ocasiones, formular estos enunciados es una tarea que se toma a la ligera, las empresas creen que no tienen tiempo para redactar un pensamiento bonito que se vea bien en la página web. Sin embargo, la misión responde a ¿cuál es nuestro negocio?, y la visión ¿a dónde queremos llegar?, que si se tienen claras, son el eje central de la estrategia que lleva al éxito de una compañía. No es diferente con nosotros mismos, si entendemos quiénes somos, tenemos claro qué sueños y metas queremos llegar a alcanzar. Para establecer nuestra misión y visión personal, tenemos que vivir el hábito 1: somos responsables de nuestro destino, para así diseñar la estrategia que nos llevará a nuestra realización personal. Si bien es un principio del aspecto global de nuestras vidas, también es aplicable en cada actividad que realizamos. Esta semana lo pude ver en el trabajo, mi objetivo es tener un excelente rendimiento en mis labores, pero es difícil alcanzarlo si no concreto un plan de acción. Ahora tengo la misión clara, alcanzar todas las métricas establecidas por la compañía. Cuando hay un norte, es más fácil llegar a lo que quiero ser. No podemos tocar todas las puertas sin saber a dónde vamos, no podemos tomar todas las oportunidades que se presenten si no sabemos que provecho vamos a obtener de ellas, no podemos vivir nuestra vida sin el fin en mente.


Nuevamente aprovecho las palabras de Sean Covey para profundizar el aprendizaje de la semana. Covey (2006) comenta que comenzar con el fin en la mente es simplemente pensar más allá del día de hoy, y decidir qué dirección se le quiere dar a la vida, para que cada paso que se dé, sea en la dirección correcta.  Me llama especialmente la atención esta última parte, puesto que si uno tiene claro a dónde quiere llegar, no hay paso en falso que nos vaya a sacar de nuestro camino. Seguramente hay desvíos constantes de nuestro objetivo, pero siempre lograremos ubicarnos cuando creemos que los dueños de nuestras vidas somos nosotros mismos, y luchamos sin desmayo por alcanzar las metas que nos hemos propuesto. El ayer es historia y el mañana es un misterio, más aún tenemos que vivir cada día pensando en el mañana. De esta manera, podemos tomar las decisiones pertinentes, que nos acercan cada vez más a nuestros objetivos. Rescato un diálogo de la película “Alicia en el país de las Maravillas” que representa muy bien el contenido de esta entrada.


-          ¿Podría, por favor, decirme cómo salir de aquí?

-          Eso depende mucho de a dónde quieras ir –respondió el gato.

-          No me importa a dónde –dijo Alicia.

-          Entonces, no importa hacia dónde vayas –repuso el gato.


Después de escuchar la conferencia de Patrick Awuah, queda claro que el fracaso no es una opción cuando se trata de nuestros propósitos. Él mismo lo mencionó en varias ocasiones, aunque parecía misión imposible, con esfuerzo y determinación se logra sacar la tarea. Awuah cree y enseña, que no es posible alcanzar la perfección, pero si se intenta, se consigue la excelencia. Esto es la clave del liderazgo, asumir el papel que nos corresponde en la sociedad, y no conformarnos con menos. Tenemos que entender que somos responsables de los privilegios que hemos obtenido; somos, tal como explica Awuah, los guardianes de nuestra sociedad, y un pueblo entero sufre cuando no realizamos nuestro trabajo. Comparto que esto solo es posible cuando creemos que el ser líderes es servir a la humanidad, y vemos esto como un privilegio. Patrick Awuah se plantea una misión clara, transformar al pueblo y la zona donde creció; busca que todos puedan vivir la libertad que él experimentó, este aire de frescura tal como explica. Es una misión que se apoya en los valores, que hacen que el conferencista quiera algo mejor para un pueblo del cual él no ha sido parte por años. En respuesta a esto, renuncia a las comodidades de Seattle simplemente porque buscó cambiar el concepto de liderazgo. Después de escuchar la conferencia, se refuerza en mí un tema que hablamos en la clase pasada: no existe sacrificio cuando el objetivo es claro y deseado. Patrick Awuah dejó su comodidad, su trabajo, la seguridad de su familia para regresar a un pueblo del cual pudo olvidarse, pero simplemente no soportó quedarse callado ante la maravillosa verdad que experimentó.


Mi cuñado ve la planificación como un recurso fundamental para obtener buenos resultados. Si no diseña su día y distribuye sus esfuerzos, rápidamente se ve absorbido por las múltiples tareas pendientes.  Randall cree que tan solo unos cuantos minutos al iniciar el día pueden ahorrar muchas frustraciones, y energías enfocadas de manera errónea. Le pregunté si él aplica este día a día en su ámbito personal de la misma manera que lo hace con el laboral, me comentó que si bien le ha costado un poco más fijarse un objetivo claro como persona, tiene claro quién es, y más importante a dónde quiere llegar; con certeza afirma que el trabajo que tiene, así como su matrimonio y cada aspecto de su vida, están orientados hacia su objetivo final, ser feliz.   

Referencias:
Covey, S. (2006) Los 7 Hábito de los Adolescentes Altamente Efectivos. México: Debolsillo  

No hay comentarios:

Publicar un comentario